Tomasa Yarhui, indígena quechua, la primera mujer que ocupó el Ministerio de Asuntos Campesinos y hoy candidata a la Vicepresidencia del Partido Demócrata Cristiano (PDC) con Jorge Tuto Quiroga, dice que "nunca estaría en contra de un gobierno indígena si lo estuviera haciendo bien”.
"Cuando vi a Evo Morales (asumir la Presidencia), dije: Por fin la lucha de los pueblos indígenas se hizo realidad. Ese día vi a algunos compañeros llorando porque terminaba una lucha de 25 años, pero después muchos compañeros lloramos por la frustración, por el desengaño, por el retroceso”, dice en la entrevista dominical del Desayuno de Trabajo de Página Siete.
Página Siete - ¿Qué le animó a volver a la vida política después de tantos años?
A veces la política corre como la sangre por las venas. Cuando una se ha dedicado a la política, ya no puede estar al margen de lo que está pasando en el país. Yo ya estaba alejada, ya hice lo que tenía que hacer, abrir las puertas para que muchas compañeras puedan participar, pero tuve que alejarme también por la familia. Ellos no querían que participe y tengo unos hijos maravillosos, uno de 25 y otro de tres. Estaba litigando como abogada libre, pero sobre todo me animó la situación crítica que está viviendo el país, la crisis de la democracia, las persecuciones; no hay ningún cambio; no se ven políticas sociales para la gente que más necesita, las comunidades indígenas, la gente pobre, los jóvenes, las mujeres. Eso me ha llevado a volver a la vida pública.
Página Siete – Empezó en el Movimiento Bolivia Libre (MBL) y después fue ministra de Tuto Quiroga. ¿No tuvo diferencias ideológicas?
Sí, fui militante y dirigente activa del MBL, un partido que reconozco ha trabajado muchísimo por la incorporación de los pueblos indígenas. Tuto me invitó a ser ministra de Asuntos Campesinos. Yo fui la primera en la historia de Bolivia. Sólo le puse dos condiciones: no sería de ADN y manejaría el ministerio con poder de decisión. Y fue así. Hicimos muchas cosas. No tuve problemas ideológicos. Tuto es un hombre muy inteligente. Me dio todo el respaldo, yo diría demasiado, incluso en algunos temas que no tenían nada que ver con el ministerio.
Página Siete - ¿En qué ha estado trabajando estos años que ha estado alejada de la vida pública?
Después de ser dirigente, me incorporé a algunas ONG para trabajar en temas de la mujer. Organice 80 centros de madres en Sucre, trabajé en formación y capacitación para las mujeres y con el tema de los derechos de las mujeres, de animarlas a que participen en la vida pública. Muchas de esas compañeras son dirigentes. He trabajado con los temas indígenas, pero lamentablemente el MAS ha copado todas las estructuras sindicales y no se acuerda de quienes hemos luchado y gracias a quienes está Evo Morales en el Gobierno. El presidente Morales rechaza ahora a la gente que ha luchado. Su entorno es otra gente que nada tenía que ver con las luchas sindicales, Quintana, Rada, el propio Vicepresidente, que se jacta diciendo que representa a los indígenas, cuando no lo es.
Página Siete - ¿Ud. apoyó inicialmente a Evo Morales?
Nosotros lo apoyamos por las reivindicaciones de los pueblos indígenas. Habíamos dicho: tenemos que llegar al poder. Todos los pueblos indígenas trabajamos por eso. Evo, inteligentemente, se apropió de esa lucha. Yo nunca fui del MAS, sí de las luchas sindicales. Debido al descontento con los otros partidos políticos, Evo llegó con fuerza y esperanza para los bolivianos. Él se aprovechó del descontento y se apropió de nuestra lucha. Así llegó a la Presidencia. Los primero días, muchos compañeros dijimos, aunque no trabajamos para el presidente Evo Morales, por fin llegamos al poder. Esa fue la visión de muchos compañeros.
Página Siete - ¿La suya también?
Sí, cuando vi a Evo Morales, dije: Por fin la lucha de los pueblos indígenas se hizo realidad. Ese día vi a algunos compañeros llorando porque terminaba una lucha de 25 años, pero después muchos compañeros lloramos por la frustración, por el desengaño, por el retroceso.
Página Siete - ¿En qué momento se produce ese desengaño?
Desde el momento en que Evo Morales enfrenta al campo con la ciudad con discursos radicales y de odio. La visión que tienen ahora las comunidades campesinas es que los compañeros indígenas, los pobres, hemos sido postergados, discriminados desde hace 500 años, por culpa de los citadinos, de los blancoides, los que se ponen corbata. Y mucha gente de la ciudad no tenía que ver en absoluto con la discriminación que nosotros hemos vivido. La gente del campo se lo ha tomado en serio eso. Hay una confrontación entre los bolivianos, odio, separación entre el campo y ciudad. Fue el primer impacto. Entonces dijimos, aquí se acabó toda nuestra lucha, esto va por otro lado, el Evo está siendo usado. Fue una de las conclusiones que sacamos. La segunda decepción es por ese discurso que vendemos afuera sobre los indígenas, los pobres, del socialismo, que tenemos un país de maravilla. En cambio, en el interior del país la situación es la misma. Yo vengo de una comunidad. Sigue viviendo igual que antes. Nueve años de Gobierno son suficiente tiempo para medir los resultados. No hubo ningún cambio.
Página Siete – La bonanza económica es evidente. ¿Ha llegado a las comunidades indígenas?
Todos sabemos que tenemos plata, no por el Evo, sino simplemente porque suben los precios de los minerales, de los hidrocarburos. Obviamente, tenemos plata y eso debería traducirse en el vivir bien, debería mejorar la situación en las comunidades. Yo no creo cuando dicen que hemos reducido la pobreza, que estadísticamente somos menos pobres. La mejor medida es ir a una comunidad, ir al mercado y ver si en algo hemos cambiado.
Página Siete - ¿Y eso no ha cambiado?
Absolutamente nada. Los bonos, sí, que ni siquiera son de él. Los bonos vienen de las anteriores gestiones. Eso sí está llegando la gente, pero políticas públicas para erradicar la pobreza, no hay. ¿Dónde está el apoyo a la producción? Nuestros compañeros del campo siguen viniendo a la ciudad y tienen una vida terrible. Si tenemos semejante bonanza económica, deberíamos invertir en políticas públicas de salud, educación. No existe desarrollo rural. ¿Dónde está el resultado de los que hemos luchado? Ésa es la gran frustración que tenemos, el desengaño del presidente Morales. Lo digo de corazón. Nunca estaría en contra de un gobierno indígena si lo estuviera haciendo bien, pero si no lo hace bien, aquí estoy al frente para decirle al pueblo de Bolivia que todavía tenemos esperanzas, que podemos mejorar. Pienso que el presidente Morales se ha alejado del pueblo, tiene un entorno que no le permite ver lo que es la pobreza. Sus organizaciones le dicen: "Sr. Presidente, todo está bien”. Como ellos están bien, se han olvidado de la gente de base, que el pueblo vive en extrema pobreza. Ellos no saben eso, se han mareado en el poder.
Página Siete - ¿Cuáles son las perspectivas que tiene como candidata en un contexto que al parecer no es el mejor para incursionar en la política?
Lamentablemente estamos compitiendo con desventaja. El poder ha copado el Tribunal Electoral, la justicia, todo el aparato estatal. En lugar de fortalecer la democracia, el partido de Gobierno copa todo, es un partido totalitario que no respeta la democracia y quiere perpetuarse en el poder. Sólo una persona que tiene esa visión persigue a los opositores, a sus compañeros indígenas, los mete en la cárcel, los maltrata. Quieren meternos miedo. Por eso piensan que van a volver a ganar, pero nosotros creemos que hay una posibilidad seria de que el pueblo soberano va a dar una sorpresa en octubre, a pesar de que el árbitro electoral está totalmente parcializado.
Página Siete – El tema de la violencia contra la mujer no está en la agenda prioritaria de los candidatos. ¿Cuál es su posición al respecto?
Obviamente vivimos en un país machista, incluso en las organizaciones sindicales. No hay una mujer que haya dirigido la COB hasta ahora, ni la CSUTCB, ni otras instancias. Es un tema que tenemos que ir trabajando, no se soluciona de la noche a la mañana. Hay que trabajar y socializar a nivel de toda la sociedad, pero pasa también por cambiar la mentalidad y actitudes de todos, incluyendo mujeres. Todos tenemos que cambiar. Desde nuestros hogares tenemos que tener una visión clara de una formación hacia nuestros hijos, pasa por la educación de los colegios. Por eso proponemos políticas públicas de prevención, socialización en el tema de la violencia contra la mujer. El Estado tiene que tomar parte. Nuestro programa propone crear un Ministerio de la Mujer, una Oficina de Defensora de la Mujer que va a estar de la mano de la Vicepresidencia para hacer efectiva esta política pública y transversalizar la temática de género en todos los niveles.
Tomasa Yarhui: "Yo sé lo que es la pobreza, a mí nadie me la puede contar”
"Me tuvieron que arrancar a la fuerza de las manos de mi mamá para llevarme a Sucre a estudiar (…). Solita maduré a los ocho años”, cuenta Tomasa Yarhui.
Menudita. Blancona, como suelen ser las mujeres quechuas de los valles chuquisaqueños. Orgullosa, de manta y pollera. Así es Tomasa Yarhui a sus 47 años: candidata a la Vicepresidencia con el Partido Demócrata Cristiano, acompañando a Jorge Tuto Quiroga.
La mujer indígena que muchos decían que Quiroga había sacado hábilmente de la galera para acompañarlo en el binomio, es una mujer con voz e historia propias. "Yo sé lo que es la pobreza, a mí nadie me la puede contar, no lo he leído en una revista”, dice y describe sus orígenes en la comunidad de Collpana (provincia Oropeza, de Chuquisaca), a 75 kilómetros de la capital Sucre.
"Todavía tenemos que salir a pie como cuatro horas (…). Como en todas las comunidades, cuando yo era niña, no tenía colegio ni universidad, solamente hasta tercero básico”, relata y detalla su vida en comunidad quechua neta, donde "no hablamos en español”. Recuerda, sobre todo, el día en que el profesor le dijo a su papá: "Mira tu hija va a llegar muy lejos, tienes que sacarla a la ciudad a estudiar”.
Tomasa se negó, pero finalmente sus padres sacrificaron el afecto y la mandaron obligada a acabar la escuela en Sucre. Alcanzó al segundo intermedio y decidió retornar a su pueblo. "He sacado diploma de mejor alumna, pero a los 12 años ya no pude aguantar: era distinta la situación, nuestras costumbres y le dije a mi papá ya no puedo. Abandoné en segundo intermedio y volví. Me recibieron como héroe porque nadie había salido de la comunidad, yo leía las cartas que llegaban de otros lados y me volví secretaria de actas. Eso me ayudó a entrar al sindicalismo y luego a la dirigencia política”, dice.
De hecho, si algo nunca hizo Tomasa fue quedarse quieta. Así, menuda y vivaz como es hasta ahora, empezó la carrera sindical a los 17 años, como miembro activa de la CSUTCB, de las Bartolinas Sisas y de la COB, en la época de Simón Reyes y Genaro Flores, "grandes líderes que llevo en mi corazón”. Ingresó a la vida política en 1999, cuando fue elegida como concejala de la ciudad de Sucre. Fue la primera concejala de pollera que llegó a ese cargo. Después de dos meses fue elegida alcaldesa interina con el MBL. "He sido parte activa del MBL, alta dirigente en un momento en que ser mujer y dirigente de un partido era casi impensable”.
El 2002, cuando aún era concejala, Tuto Quiroga la invitó otra vez a ser la primera ministra de Asuntos Campesinos y Pueblos Indígenas Originarios. Ahora, después de más de una década fuera de la actividad política, la abogada Tomasa Yarhui decide volver a la arena política. "Estoy convencida de que es el momento, mi vocación es el servicio”.
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